Los buenos sentimientos hacia los demás son como un ungüento que cura las heridas y restablece la amistad en las relaciones.
Los buenos sentimientos se generan en tu mente, se transmiten a través de tu actitud y se reflejan en tus ojos y en tu sonrisa.
Una sonrisa abre el corazón y una mirada puede hacer milagros.
Extracto del libro: EL REGALO DE LA PAZ
Enrique Simó