Ser tu propio amigo

Para convivir bien contigo mismo, tienes que estar a gusto con tu forma de ser. Esta nueva amistad que brota internamente depende de la sinceridad de tus esfuerzos por dejar atrás lo inútil y lo perjudicial.

El gran paso en la vida, sin duda, es asumir la responsabilidad de tus propios pensamientos, palabras y acciones, y de sus consecuencias.

El sentimiento de responsabilidad sobre la propia vida implica realizar una simple comprobación para entender lo que sucede, adaptarse a ello y preparar las palabras y las acciones adecuadas.

Analiza la situación teniendo en cuenta las raíces del pasado, su efecto presente y sus implicaciones futuras.

Después de este análisis, piensa cuánto y cómo debes implicarte y utiliza las cualidades necesarias para superar, limitar, facilitar o armonizar la situación.

Asumir la responsabilidad de tu estado espiritual considerando tus recursos y la confianza en tus posibilidades te ayudará a no darle tanta importancia a tu futuro. Si ahora estás actuando bien, por fuerza el futuro tendrá que ser bueno.

Cuando te preocupas de ti, sientes una gran tolerancia hacia los demás. Consciente de tus propias fallas, puedes perdonar a cualquiera. Consciente de tus virtudes, deseas contribuir a la elevación de los demás.

Extracto del libro: LA PAZ COMIENZA CONTIGO, Ken O’Donnell
Ed. Brahma kumaris

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