Pensar «Esta es mi responsabilidad», «Soy yo quien tiene que cuidar de esto» o «Yo soy quien tiene que pensar en todo» genera una pesada carga en el alma.
«Yo» y «mío» no permiten que el alma vuele.
Nada es mío y todo puede funcionar perfectamente bien sin mi. Me libero.»
Con levedad y sin perder la alegría