Una vida creativa, diferente y con optimismo

Yo puedo crecer día a día, permanecer abierto a lo nuevo; y puedo ayudar a los demás y al mundo a transformarse a cada momento, con creatividad y alegría, con libertad y fe en el propio ser.

Voy a la esencia y dejo florecer lo que soy profundamente. Y, así, del respeto al propio ser, surge el respeto hacia los demás. Sin la carga del pasado, en mi rostro brilla el optimismo de iniciar la vida día con día; el entusiasmo de vivir mi presente y construir mi futuro.

Tengo la capacidad de transformación dentro de mí y, consecuentemente, la tienen los demás. Todos, en esa conciencia, podemos construir un mundo mejor.

Si nos mantenemos alerta observando los que pensamos, podemos poner un punto final a los pensamientos inútiles, porque estos debilitan al ser y le impiden ver la realidad tal como es.

Los pensamientos inútiles producen negatividad y sufrimiento. En cambio puedo desarrollar el hábito de generar sólo pensamientos creativos, productivos y positivos. De esa manera, nuestra vida será mejor, la vida de quienes nos rodean será mejor y el mundo será mejor.

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