Conectarse con el Padre desde la luz pura de la mañana… al amanecer otorgarse un momento irrenunciable, sagrado, de conversación interna, de meditación, de silencio nutritivo… Únicamente después de ello iniciar las rutinas.
Me observo en el espejo del corazón. ¿Cuántas de mis acciones son realizadas desde el amor? ¿cuántas con la energía de la alegría? Actúo con dulzura, sonrío, no hago nada desde la ira.