La salud depende de mi actitud

Mi cuerpo sufre la inestabilidad del alma.
Le devuelvo su bienestar generando
pensamientos puros, nada de ira,
ni miedos, ni prejuicios, no a las preocupaciones.
Me lleno del poder de la paz
y envuelvo cada célula con esta energía.

Cuerpo y alma en paz.

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