Cuando abrimos un libro, su columna es flexible y se mueve con facilidad para que podamos pasar las páginas… o las páginas no pasan, se rompen, o caen.
Cuando nos inclinamos para ponernos los zapatos, la espalda es flexible y se mueve con facilidad para que podamos alcanzar nuestros pies, de otra manera la rigidez nos llevaría al quiropráctico.
Cuando tratamos de enchufar una lámpara y el contacto está detrás de algún mueble, el cable es flexible, por lo que llegará por detrás… o tendríamos que mover muebles, o comprar otra lámpara, o estar en la obscuridad.
Es bueno ser flexibles, o podemos terminar con libros desgarrados, en el quiropráctico, o sin zapatos, o sentados en la oscuridad… literalmente y de manera figurada.
Y si intentamos llevar a cabo la idea de otra persona, aunque queramos hacer las cosas a nuestra manera, y dejamos que alguien intente algo diferente, y nos rehusamos a ser rígidos, cuando cedemos un poco hacia el trabajo de alguien más fácilmente, entonces estamos practicando el poder de la flexibilidad, moviéndonos en armonía con nuestros compañeros de viaje en la vida.
Somos flexibles y eso hace que la vida sea algo con gracia y facilidad.
HOY, solo porque puedes… deja que algo diferente suceda y ve con la corriente. Deja que sea la idea de alguien más la que sigas… dale energía al plan de alguien más.
Sé flexible… con gracia y facilidad.