Debe haber honestidad en mi diálogo con el Padre.
El doctor diagnostica en base a los síntomas, si omito algo, el diagnóstico no será preciso y la medicina será la errada.
Reconozco lo que me sucede frente a mi y al Padre. No hay razón para no hablar con la verdad. Hay paz y protección cuando el corazón se abre completamente.