Lo imposible se vuelve posible cuando nos sostiene un gran amor.
Un amor verdadero fácilmente acaba con cualquier obstáculo.
El Padre Supremo, mi Compañero, es en la Eternidad mi gran apoyo.
El amor incondicional del Alma Suprema es puro, es mi fuerza y mi soporte.
Siempre invencibles y plenos de fe