El poder de discernir es el poder de usar lo mejor de nuestro intelecto, y ejercitar el arte de consultar a la parte más consciente del ser para así comprender la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto, lo real y lo ilusorio, el beneficio y la pérdida.
Es el poder de la claridad que permite ver con otros ojos, oír con otros oídos. Tiene que ver con confiar en lo mejor de nosotros. Es el poder de escuchar lo que se sabe más profundamente.
El poder de discernir es el poder de mantener quietud y buscar la verdad del momento antes de reaccionar. La reacción es dejarse controlar por estímulos externos, es un estado de debilidad.
El poder de discernir es como una ventana que permite saltar las reacciones compulsivas y, observando, ver la realidad de una situación.
Invita a reconocer que tan solo la lógica no es suficiente. Señala que se debe afinar y confiar en el poder intuitivo, así como permitir que diga su verdad aquel conocimiento que está más allá de la lógica.
Confianza pasa a ser la palabra clave, pues mientras más confianza hay en el ser, mejor sabemos distinguir cuándo el sentido del conocimiento es preciso.
Extracto del libro: Las cuatro caras de la mujer. / Caroline Ward