El mejor descanso

Aprende a crear silencio en tu mente y florecerá la paz en el alma, verás la vida con otros ojos, descubrirás el lenguaje de Dios.
Para estar interiormente en silencio, no pienses demasiado, confía en ti mismo, en los demás y en la vida, verás que todo es más fácil de lo que aparenta ser.
Observa, reflexiona en silencio y toma una decisión.
En el Océano del silencio puedes descubrir tus tesoros eternos de paz, amor y felicidad.
En el silencio se funden los malos sentimientos y el dolor del pasado.
En el silencio puedes escuchar el canto sin sonido de Dios diciendo: “Hijo mío, ven y descansa conmigo, eres un alma de paz”.

Se dice: El descanso es lo mejor.
Imagínate un Océano de paz y de silencio y sumérgete en él.
Permite que tu mente se relaje y disfrute de unos momentos de tranquilidad.
Libérate de todo lo inútil. Este es el mejor descanso.

Extractos del libro: EL REGALO DE LA PAZ – Enrique Simó

Decidir con claridad y no por compulsión

El poder de discernir es el poder de usar lo mejor de nuestro intelecto, y ejercitar el arte de consultar a la parte más consciente del ser para así comprender la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto, lo real y lo ilusorio, el beneficio y la pérdida.
Es el poder de la claridad que permite ver con otros ojos, oír con otros oídos. Tiene que ver con confiar en lo mejor de nosotros. Es el poder de escuchar lo que se sabe más profundamente.
El poder de discernir es el poder de mantener quietud y buscar la verdad del momento antes de reaccionar. La reacción es dejarse controlar por estímulos externos, es un estado de debilidad.
El poder de discernir es como una ventana que permite saltar las reacciones compulsivas y, observando, ver la realidad de una situación.
Invita a reconocer que tan solo la lógica no es suficiente. Señala que se debe afinar y confiar en el poder intuitivo, así como permitir que diga su verdad aquel conocimiento que está más allá de la lógica.

Confianza pasa a ser la palabra clave, pues mientras más confianza hay en el ser, mejor sabemos distinguir cuándo el sentido del conocimiento es preciso.

Extracto del libro: Las cuatro caras de la mujer. / Caroline Ward

El amor es la llave

El amor es, verdaderamente, la fuerza más poderosa, puede elevarnos a grandes alturas y hacernos sentir livianos y etéreos. Sin embargo, es la fuerza más explotada y mal usada; suceden muchas cosas desagradables que se hacen pasar por amor.
Pero, se necesita una comprensión correcta y precisa de lo que es el amor.
El amor verdadero está basado en la comprensión, en la confianza mutua y en el respeto.Amar es estar en equilibrio, o sea, en armonía con el ser, con Dios y con nuestros semejantes.El amor es desinteresado, no es un estado emocional limitado a caprichos y fantasías.
Amor es un estado de conciencia que trasciende y va más allá de las formas corpóreas. El amor no tiene nada que ver con los cuerpos; el amor mora en el alma.
Debemos permitir que el amor fluya y refresque a todos con su belleza y ternura, esto nos renovará y nos hará siempre calmados, y felices.
Sin amor todos los tesoros de la vida están encerrados, confinados lejos de nuestra visión y experiencia, porque realmente “el amor es la llave”.

Libertad significa vivir en paz

A veces las personas piensan que, en el camino espiritual, la verdadera liberación es abandonar totalmente el mundo y su gente. Sin embargo, la verdadera libertad no es rechazar al mundo por considerarlo negativo o ilusorio sino verlo tal como es, vivir en él y cambiarlo donde podamos, a través de nuestra conciencia espiritual. Muchas cosas no son malas por sí mismas, pero el uso que se les da es erróneo ya que la conciencia que hay detrás es el egoísmo. Por ejemplo, no hay nada de malo con el dinero o la ciencia, pero cuando hay avaricia, ego, o temor, entonces estas cosas se usan de una forma incorrecta. De manera que no es que tengamos que renunciar a una cosa en particular sino a nuestra forma de pensar acerca de ella. Renunciar a nuestros pensamientos es algo aún más difícil; es mucho más sutil, ya que nuestros pensamientos son algo intrínseco a nuestro ser. Creamos nuestras jaulas, a través de los pensamientos y deseos. Esos deseos crean necesidades y dependencias, y estas dan por resultado el desequilibrio. Una persona verdaderamente libre ha eliminado de su vida los patrones destructivos. La libertad significa vivir en paz, ser totalmente no violentos. No es necesario ser una santo o un sabio para lograr esto; solo es necesario ser un ser humano verdadero.Un ser humano llega a ser auténtico mediante la interacción con el único que es la Verdad. Esta interacción eleva la conciencia al estado natural de la pureza. La pureza es la expresión del alma a través de la materia de manera armoniosa y no violenta.

Extracto del libro: El punto Alfa / Anthony Strano

Creador de mi propio destino

Cualesquiera que sean las interacciones que se establecen con otros, se recibe su equivalente como respuesta. Eso significa que, si se da felicidad, se recibe felicidad a cambio y, si se provoca aflicción se recibe aflicción.
La ley de causa y efecto es simple y, cuando se comprende en toda su profundidad, puede aclarar el significado de los acontecimientos que tienen lugar en el propio mundo y en el mundo en general.
Los efectos, sólo pueden tener lugar si existe una causa.
La acción es la causa, y el fruto es el efecto.
En general, se tiende a olvidar que se es responsable
de los efectos porque se es responsable de la causa.
Comprender esta ley hace asumir totalmente la responsabilidad de la propia situación, del propio estado mental y, de hecho, de la propia vida.
Con esta comprensión se desarrolla tolerancia, aceptación y fortaleza. Y, lo que es más importante, que se es consciente que al realizar
acciones puras se crea un futuro positivo en la dirección que se elija.
No sólo no se es esclavo del destino, sino que se es dueño o creador del propio destino.

Extracto del libro: Meditación práctica / B. K. Jayanti

Crear una diferencia en lo que hago, soy único no debo olvidarlo

Me acuerdo que los días más difíciles de mi vida eran durante el último año de colegio.

Todo el mundo te preguntaba: “¿Qué quieres estudiar en la universidad?” o “¿Qué trabajo quieres conseguir cuando te gradúes?”. Como la mayoría de mis amigos, yo tenia muy poca idea de que quería hacer por el resto de mi vida. Por una parte, mis padres me decían que debía escoger una ruta “segura”. Que debería estudiar algo como ingeniería o finanzas o administración de empresas. Algo ambiguo que me daría la mayor posibilidad de conseguir algún empleo en mi área de estudio. Y lo hice. Estudié algo seguro y trabajé por mucho tiempo en un instituto ‘seguro y estable’. De repente, sentada al frente de mi computador tuve una realización. Miré a mi alrededor y una voz interior me dijo, de una forma muy despreocupada: “Cualquier persona podría estar haciendo el trabajo que tú haces. Hasta un robot te podría reemplazar.” Nunca lo había pensado antes. Antes de esta realización ni siquiera sabia que buscaba el reconocimiento por el trabajo que hacía. Esto me llevó a hacerme una pregunta muy importante, una pregunta que aún hasta hoy en día me hago. Una pregunta que define todas mis interacciones. Me pregunté: ¿Si lo que hago es remplazable, entonces, que es algo que solo yo puedo aportar a este [trabajo, situación, persona]? En el caso de ese trabajo, me di cuenta que nadie en la oficina tenía la misma alegría que yo. Decidí compartir mi alegría con todos. Lo esparcía alrededor de la oficina como si fuera mi trabajo verdadero. De repente y sin darme cuenta, me volví una persona indispensable para la empresa. Cuando me fui, muchos de mis colegas lloraron. Esto me enseñó una lección muy valiosa. La lección fue que:

 

Aunque no somos lo que hacemos, podemos poner quienes somos en todo lo que hacemos.

 

No importa cual sea el trabajo que haces, por mas insignificante que aparezca, si amamos quienes somos, vamos a inyectar nuestra esencia en ella. Y así, sin querer, puedes amar lo que haces también.

Todos nosotros tenemos nuestros roles, nuestros papeles que nos toca interpretar. ¿Cómo hacerlo con autenticidad, con amor, incluso cuando no queremos?

Encontrando la verdad de quienes somos. Nuestra esencia. Y solo siendo quienes somos, podemos transformar nuestros ambientes, trabajos, rutinas, relaciones, casas y pequeños mundos.

 

La práctica de esta semana incluye:

Hacer algo que siempre haces. Algo en el trabajo o la casa o el colegio. Algo tan simple, como lavar los platos o participar en una reunión. Pero hacerlo con la intención de incluir algo propio tuyo. Algo único que solo tu puedes incorporar en ese momento, tu esencia. Imagínate una comida cocinada con amor, una presentación hecha con entusiasmo. Al final de la semana, observa si sentiste alguna diferencia en ti o los demás haciendo las tareas. Observa la transformación.

 

Ideas compartidas por Dolly Mahtani de 30 años. Dolly es Poeta y vive en Santiago, Chile

Abrazar el cambio

Si queremos algo, es necesario hacer el esfuerzo y abrazar el cambio.
Algunas crisis existenciales surgen a partir de nuestra propia sabiduría interna, al alertarnos de que no podemos ser felices de la forma en que estamos viviendo.

La honestidad y el observarse con atención nos dan el poder necesario para cambiar. Reconocer lo que está mal permite apreciar el cambio que uno tiene que hacer para superar las crisis y las dificultades. Dicho cambio, además, puede planearse y llevarse a cabo poco a poco, acumulando fuerza interior, con paciencia.

Ese cambio implica apreciar los espacios de soledad y disfrutar del silencio interior sin tener ningún tipo de adicción emocional.

Extracto del libro: Meditar para ser feliz./ Valerianne Bernard y Marianne Lizana
Ed. Brahma Kumaris

Elegir crear actitudes positivas

 

La meditación es el proceso por el cual es posible crear pautas de pensamiento nuevas y positivas, y romper con los viejos y familiares ciclos de pensamientos negativos. Cuando medito, practico el arte de escoger pensamientos positivos. Mediante la práctica regular de la meditación, aumenta la concentración de manera gradual, así como la fuerza de la mente para escoger pensamientos positivos, cuyo efecto fluye a través de mi actitud ante la vida.

Cualquier persona puede cambiar y desarrollar hábitos de pensamiento positivo. Con el tiempo, la meditación va todavía más lejos y se convierte en una experiencia. Al desarrollarse mi experiencia meditativa personal, también lo hace mi fuerza interior, mi capacidad de sanación interna y mi percepción acerca de mis propias cualidades positivas: paz, verdad, tranquilidad o cualquier otra cualidad que escoja. La actitud cuenta mucho en la vida, pues es de acuerdo a ella que voy a vivir, afrontar y superar cualquier obstáculo que se presente. Sin embargo no me siento solo.. tengo virtudes y me puedo relacionar con el Océano de Virtudes, Dios, el Alma Suprema siempre disponible.

 

Comprensión y sanación del alma y el cuerpo

La respuesta de Dios llega a través de vibraciones, pero además, esta relación espiritual también me otorga el poder de realización para convertirme en un observador de mi propio papel en el teatro del mundo. Para ello debo desarrollar una comprensión sobre la manera en que necesito responsabilizarme para que ocurra dicho cambio. El desarrollo de mi ser espiritual y mi relación con Dios no conducirá necesariamente a curaciones milagrosas del cuerpo físico. No obstante, me conducirá a la sanación del espíritu que soy. Curar los desequilibrios y la negatividad de mi espíritu interior suele estar relacionado con la fuente original o inicial de la enfermedad física que sufro. Curar el ser interior hace que en la experiencia de mi vida vuelva a manifestarse el gozo, la paz y el amor, a pesar del estado de salud, situación económica o papeles sociales externos. Controlo la manera en que experimento mi realidad, a pesar de lo que la obra de la vida tenga a bien poner en mi camino. He ejercido mi elección de vida.

Permito que mis cualidades originales de serenidad y paz entren en mi conciencia. Elijo apartar de mi mente todas las dudas, preguntas y otros pensamientos. Tengo derecho a experimentar paz y serenidad en mi vida. No tengo que pedir paz o buscarla. Esa cualidad ya me pertenece.

Dios nuestro mejor amigo

Un amigo lo es para siempre, cuando necesitamos apoyo o compartir un momento de alegría.
Un amigo está siempre presente, en buenos o malos momentos, siempre dispuesto a compartir, a servir, a escuchar o simplemente a estar ahí.

Cada palabra confidencial confiada a un amigo es sagrada y está sellada para los ojos u oídos de otros. Absolutamente nada inducirá al amigo a traicionar la confianza del otro. La confianza es una alianza entre dos corazones que han aprendido a través de la experiencia que dicha alianza nunca puede romperse o traicionarse.

Dios es el amigo más digno de confianza. Desafortunadamente se ha perdido la experiencia de la amistad de Dios. Muy a menudo se nos presenta la imagen de Dios sólo como el Padre y el Juez. Esta imagen no está equilibrada ni es en absoluto verdadera, ya que Dios es nuestro Amigo personal y su amistad impregna todas nuestras otras relaciones con Él. Cada momento es una oportunidad para relacionarnos con Él y abrir nuestro corazón a Su amor único e incondicional que nos capacita a perdonar, amar y comprender a los demás con facilidad.