Puedo cambiar esas reacciones habituales, pero primero necesito comprender cómo opera mi mente. La mente piensa, siente, crea ideas, imagina y recuerda. Los pensamientos aparecen a causa de situaciones externas, de otras personas y de influencias pasadas, como pueden ser los recuerdos. Diferentes circunstancias, situaciones, personas o acontecimientos provocan procesos de pensamientos y recuerdos que pueden ser alegres o tristes.
Los procesos de pensamientos conducen a experiencias y emociones interiores y éstas, a su vez, originan más pensamientos idénticos o similares, que evocan las mismas reacciones. Los ciclos de pensamientos y emociones negativos provocan estrés, sensación de pérdida de control, ansiedad y preocupación. Las situaciones pueden parecer más importantes y graves de lo que son en realidad. El pensamiento se centra en los fracasos de la vida.
Actitudes negativas que persisten durante un cierto tiempo suelen reflejarse en el cuerpo, en forma de síntomas de ansiedad, tensión muscular o un debilitamiento del sistema inmunitario, que puede causar o precipitar el inicio de la enfermedad física.
Por otro lado, los ciclos de pensamientos positivos conducen a sensaciones de confianza interior, capacidad de control, tranquilidad y claridad a la hora de tomar decisiones acerca de mí mismo y de otros. Puedo observar las situaciones con perspectiva. Por ejemplo, puedo llegar a comprender que, a pesar de lo que ha ido mal en algunas parcelas de mi vida, existen otras muchas por las que debo sentirme agradecido.
Extracto del libro: Avanzar Senderos hacia el crecimiento personal
Ed. Brahma Kumaris Margaret Pinkerton
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