La atención remueve la tensión

En un mundo de tantas tensiones, es posible disfrutar la paz y la tranquilidad internas.

Si me mantengo atento a las prioridades de mi desarrollo espiritual y veo claramente que mi resistencia interna es mucho más fuerte que las presiones que me están cercando, puedo aprender a vivir en paz.

Debo prestar atención a tres aspectos:

  1. Pensamientos: deben ser lo más positivos y ligeros posible, para que el intelecto pueda recibir informaciones más objetivas. Así, el trabajo de juzgar y discernir se hace más fácil.
  2. Palabras:son las responsables de crear un clima de armonía o de conflicto. La elección de cada una de ellas es mía.
  3. Acciones: si hay orden, precisión y tranquilidad en el momento de actuar, la tensión de la desconfianza desaparece.

Nadie piensa por mí. Es por eso que si me estoy sintiendo tenso, no importa cuál sea la situación, me estoy provocando un sufrimiento innecesario.

Si permito que pensamientos elevados fluyan de mi mente, ya comienzo a acumular, en mi registro interno, ánimo, valentía y claridad.

 

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