Demasiado «yo» en lo que se hace a diario, suele ser un freno en el servicio realizado: «yo lo hice»… «yo tuve la idea»… «yo debería ser reconocido»…
Cuando actuamos con la conciencia de ser un medio para que las cosas sucedan, hay mayor fruto y todos quedan felices, pues se sienten parte.
Actúo en combinación con el Padre, sintiéndome un instrumento y eso me libera de estar atado a resultados.