Cuando nos sentimos inspirados para crear algo, confiamos en nuestras ideas y creamos, incluso cuando las personas nos dicen que fracasará… o nos sentimos arrepentidos, temerosos o desalentados.
Cuando estamos nerviosos acerca de una nueva aventura, confiamos en nuestra capacidad y lo hacemos de todos modos…
o nos decepcionamos, o hacemos nuestras vidas más pequeñas, o dejamos que un sueño desaparezca.
Cuando necesitamos ayuda y un vecino nos da su mano, la tomamos, confiamos en la bondad humana básica… o estamos aislados, o desconfiados, o demasiado orgullosos para pedir ayuda.
Sin el poder de confiar… podríamos sentirnos arrepentidos, temerosos, desalentados o aislados, con vidas más pequeñas y un sueño por desaparecer.
Y si tenemos suficiente confianza en nosotros mismos para soltar esa rama en la que estamos sentados… podríamos volar… y entonces realmente sentimos el poder para confiar.
Confiamos y eso hace que la vida sea algo con gracia y facilidad.
HOY, reconoce el poder en la confianza. Piensa en algo que siempre quisiste hacer, pero dejaste que otras personas te convencieran de lo contrario. Deja a un lado las opiniones de otros. Sigue tu instinto, confía en tu visión, confía en ti mismo. Inténtalo. Suelta la rama. ¡Te gustará volar tanto que nunca te detendrás!
