Cuando se nos agota la paciencia mientras esperamos el autobús y nos vamos, el autobús siempre parece venir un minuto después… y se va sin nosotros… y llegamos tarde, o nos molestamos, o corremos a tomarlo.
Cuando estamos esperando en la fila y lo único que parece moverse es la otra línea… en la que no estamos, pensamos en algo agradable para aprovechar el tiempo o nos molesta la persona que tenemos enfrente, solo porque están en frente de nosotros.
Y cuando no somos pacientes… y de repente enviamos ese correo electrónico demasiado rápido y justo después de enviarlo, pensamos en que pudiéramos haber enviado algo diferente… o mejor, o más amable, o aún más, deseamos nunca haberlo enviado.
Practicamos la paciencia… o el autobús se irá sin nosotros…, o estaremos molestos con las personas que tenemos enfrente… o enviando un correo electrónico que mejor hubiéramos dejado sin enviar.
Y si recordamos que todos tenemos que esperar en la fila a veces, y sonreímos a la persona que está frente a nosotros, y si decidimos no hablar… o escribir… o enviar un correo electrónico sin habernos dado el tiempo para reflexionar sobre qué decir, entonces estaremos siendo pacientes con los demás y con el tiempo de nuestros días.
Si usamos la paciencia en todo su poder, eso hará que la vida sea algo con ritmo y gracia.
Si estás atrapado en el tráfico, sonríe a la persona que está en el próximo automóvil… o canta algo. Si te animas a ser alguien especial o diferente, a quien no le importa esperar o se molesta por hacerlo, puede que te sorprenda lo bien que te sientes… y lo amable que puedes ser, y la alegría que se siente de disfrutar cada momento, solo por respirar, por la vida misma.
Sé paciente… con gracia y facilidad.
Gracias, gracias gracias
❤️❤️❤️