Existe paz y felicidad cuando hay pureza en el ser.
Inevitablemente, el sufrimiento y las decepciones en las relaciones van apagando la inocencia del alma y cedemos sentimientos negativos que nos apartan de la experiencia de pureza.
Dejo entrar la luz. Recupero la limpieza interior y vuelvo a ser como un niño lleno de fe y confianza.
Renovados