No espero a que las cosas sucedan de forma ideal para ser la persona que puedo ser.
Y no doy como excusa el comportamiento de los demás para justificar mi propia conducta.
Actúo con rectitud porque es lo que corresponde. He aprendido del Padre a ser generoso y no dependo de las circunstancias para dar lo mejor de mi.
Con auto-respeto
