En términos de riqueza interior, la mayoría necesita enriquecerse.
Hay una carencia interna por que el ser humano no se conoce a profundidad. No se da el tiempo para ello.
Cuando alguien llegue a tu puerta, que siempre la encuentre abierta
y se vaya cargado de tesoros de sabiduría.
Nos eleva, fortalece, inspira o entusiasma. Pero también nos puede confundir, deprimir o incluso alejar de nuestro camino.
Me protejo reforzando el corazón con la experiencia de Amor de Dios. Con el corazón pleno, nadie puede influirme, por el contrario yo soy una buena compañía para los demás.
Mis buenos deseos ayudan a los que están desorientados.
Contentos en toda situación y con cualquier persona.
Lo único que puede transformar este mundo es un acto de generosidad. Ofrecer lo más valioso y poderoso que existe:
los buenos deseos y sentimientos puros desde el alma para los demás. Preparo mi espíritu para compartir mis cualidades,
virtudes y especialidades CON TODOS… y tomar de cada uno SOLO lo bello. Construyendo mejores relaciones.
Necesito del silencio para distinguir. Distinguir entre lo que puede traer paz y felicidad a la vida
y aquello que me alejará irremediablemente de tal experiencia. Utilizo mi intelecto para discernir: observo…pienso en las consecuencias…
las reacciones…Solo entonces decido qué hacer, qué decir, cómo actuar. Frente al Océano de verdad y silencio.
Lo imposible se vuelve posible cuando nos sostiene un gran amor.
Un amor verdadero fácilmente acaba con cualquier obstáculo.
El Padre Supremo, mi Compañero, es en la Eternidad mi gran apoyo.
El amor incondicional del Alma Suprema es puro, es mi fuerza y mi soporte.
Siempre invencibles y plenos de fe