Somos lo que pensamos.

Somos lo que pensamos. La mente está constantemente ocupada en el proceso de pensar y resulta virtualmente imposible tener un instante libre de todo pensamiento…somos seres pensantes. Todo nuestro mundo ha sido creado en base de nuestros pensamientos. Los resultados de los pensamientos se pueden manifestar en forma inmediata o bien, puede pasar un largo periodo de tiempo antes de que se lleven a la práctica. Sin embargo, lo que es real es que en la medida en que dediquemos energía y atención a determinados pensamientos​, tarde o temprano se harán realidad. El pensamiento es la base de toda acción.

Se habla de pensamientos puros, pero. ¿Qué es un pensamiento puro? ¿Acaso, por su naturaleza, no son todos los pensamientos? No todos los pensamientos pueden ser clasificados como puros. Un pensamiento puro debe estar libre de egoísmo, de odio, de orgullo, de celos, de codicia, de ira, todas las cualidades negativas que encuentran su opuesto a las correspondientes virtudes de amor, pureza, paz, felicidad, sabiduría.

Siempre debemos tener presente que nuestras palabras reflejan nuestro pensamiento, son el espejo de nuestra mente, de nuestra manera de pensar. La quietud mental se transmite en la serenidad de nuestras palabras. Una mente pura se expresa naturalmente a través de palabras puras. No deberíamos permitirnos la indulgencia de emitir palabras falsas, amargas o viciosas. Nuestras palabras deberían reflejar nuestra verdadera naturaleza, nuestra naturaleza esencial, es decir, la naturaleza de un espíritu que es paz y pureza.

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