Acciones y Valores

Pensamientos, palabras y acciones plenas en valores

Al recibir las consecuencias de una acción errónea, debemos pensar en nuestra necesidad de respetar nuestra escala de valores. Al crearla nos comprometemos a respetarla, a mantenerla estable y precisa y a no cambiarla de acuerdo a las circunstancias. Para respetarla, debemos crear en nuestro interior la fortaleza y la valentía. No sólo para ver y discernir lo que es correcto, sino para ponerlo en la acción.

En nuestra diaria que hacer, los pensamientos se suceden veloz y frenéticamente, con lo que se hace extremadamente difícil discriminar y discernir a la misma velocidad. Sin embargo, si cada uno de nosotros pudiera crear un solo pensamiento puro y positivo en forma consciente cada día, podríamos ver florecer un mundo maravilloso, lleno de dignidad, respeto y hermandad pura.

Palabras, siempre presentes, nos rodean permanentemente. Las vemos, las escuchamos, las usamos. Palabras fuertes, duras, palabras de consuelo, palabras mordaces, palabras que producen dolor y pena… otras que producen alegría y placer. La palabra es un elemento vital de comunicación. Al hablar, producimos reacciones, se desencadenan pensamientos, se encienden emociones o impulsan acciones.

Las palabras le dan un color a nuestro comportamiento. Es por ello que resulta tan gratificante escuchar palabras serenas, desinteresadas, libres de todo rencor y agresión. Estas palabras, que elevan el espíritu y te inyectan un renovado vigor, son palabras que reflejan pureza, y que tienen el resplandor de la pureza.

Por ello es tan importante que diariamente expresemos lo mejor de nosotros, por medio de pensamientos, palabras y acciones.

 

 

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